Born to buy

Consumo“Más niños aquí que en cualquier otro sitio cree que su ropa y marcas describen quien son y definen su estatus social…Al mismo tiempo, existen evidentes pruebas de que el malestar entre los niños está aumentando. Los niveles de obesidad son una epidemia. Las adiciones a los video juegos, a navegar por Internet se están disparando… Un exhaustivo estudio sobre la ansiedad entre los más pequeños, muestra como en épocas recientes se ha producido un incremento desmesurado. ”

Juliet Schor describe en su libro Nacido para comprar (Born to Buy) la influencia creciente que la sociedad de consumo está teniendo sobre nuestras vidas y en especial sobre la vida de los más pequeños. Todos vemos como, de una u otra manera, muchas de nuestras costumbres se han visto afectadas por los anuncios, el marketing, las nuevas catedrales del consumo,…

Incluso en nuestra propia tradición cristiana nos damos cuenta cómo todo este movimiento está afectando a la manera cómo celebramos nuestras fiestas (Navidad sin ir más lejos), cómo utilizamos nuestros símbolos distintivos (uno ya no sabe donde se puede encontrar un rosario si en la iglesia o en el cuello de una linda damisela en un bar de copas), incluso nuestras historias (hoy nos podemos encontrar un anuncio que recrea la historia de Moisés en el desierto para vendernos la última bebida isotónica).

El otro día estuve pensando después de leer a otro escritor muy evocador y por cierto tocayo, Albert Borgman, la importancia de ser conscientes de la influencia del ambiente en la forma cómo entendemos la vida, la relación con los excluidos en la sociedad, nuestras relaciones en el trabajo, la escuela, la familia, el medio ambiente,…

No es que yo sea un fundamentalista y piense que el consumo es un demonio, porque no lo es. Si no consumimos nos morimos. Pero lo que me gustaría enfatizar es que el consumo se convierte en algo degradante cuando llega a ser el único centro de nuestra vida. Consumir es un medio para ser felices. Pero si en vez de utilizar el consumo como un medio lo convertimos en nuestro fin, estamos fregados.

Echadle un vistazo al cuadro:

                     Sociedad de Consumo            Tradición Cristiana

Tiempo           Tiempo= Dinero                  Tiempo Gratuito

Espacio        Grandes Almacenes       Naturaleza, Cancha, Iglesia,…

Relación          Individualismo                Comunidad, Vecinos,…

Frente a un ambiente que nos empuja a vivir a mil con su eslogan: “el tiempo es oro”, necesitamos encontrar momentos gratuitos para los demás, donde escucharnos, celebrar, orar,…

Ante el bombardeo de tantos medios que nos encaminan constantemente hacia los grandes almacenes -nuevas catedrales del consumo-, necesitamos seguir redescubriendo la naturaleza, nuestros hogares, oficinas, nuestras iglesias,… como lugares de encuentro gratuito.

Frente al individualismo, la pasividad, la experiencia de mirones ante la vida de los demás en tantos programas de cotilleos y reality shows, tenemos una invitación a que seguir recuperando la importancia de la relación con los demás, el interesarnos por la vida de los más cercanos, de nuestras familias, de nuestros vecinos, de nuestra comunidad parroquial,… Si de verdad los cristianos nos creemos que somos el Cuerpo de Cristo eso se tiene que plasmar en nuestra manera de entender la vida, en nuestro sentido de Comunidad.

Hay ya mucha gente que está tomando consciencia de todo esto y está intentando dar un giro a su vida. Su ejemplo nos anima a ver que no sólo hay un paradigma de entender la vida, las relaciones, el tiempo,… Otro mundo es posible no es un lema de algunos radicales locos, es la experiencia de muchas hermanas y hermanos nuestros, es la experiencia del mismo Jesús.

¡Qué me dices! ¿Te atreves a intentarlo?

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