Juanjo Moreno: “alguien que hace mejores a las personas que están a su alrededor”.

Juanjo Moreno histórico del baloncesto español, fue un jesuita bilbaíno, jugador de baloncesto profesional, que llegó a vestir la camiseta de la selección nacional. Después de colgar las botas y ya como jesuita comienza su labor como entrenador de base durante más de 30 años, revolucionando el club y sentando las bases de una nueva forma de hacer baloncesto en España, que llega a nuestros días. Por sus manos, pasaron multitud de jóvenes que además de excelentes jugadores y entrenadores, Juanjo se esmeró porque fueran buenas personas. Fue compañero y gran amigo del histórico Emiliano Rodríguez. Tuvo ilustres discípulos como Txus Vidorreta o el mismo Aito García Reneses, buen amigo, con el que colaboró durante años.   

“Poder entrenar y enseñar a los jóvenes es una gran satisfacción… el baloncesto es un deporte dinámico, bonito y espectacular, que siempre se está inventando, por lo que lo veo con mucho futuro y posibilidades educativas, ya que exige mucho juego en equipo.”

¿Quién fue Juanjo Moreno?

Juan José Moreno Pérez de Arrilucea nace el 20 de junio de 1938 en el barrio bilbaíno de Rekalde. Hijo de emigrante, su padre viajó a Cuba para sacar adelante a la familia. Juanjo comienza a jugar a baloncesto un poco de rebote, pero pronto se convertiría en su gran pasión: Yo estudiaba en el colegio Indautxu de Bilbao y, cuando tenía 15 años, se organizó un campeonato de baloncesto. Era la época en la que este deporte empezaba a tener un poco de presencia y pasé muchas horas tirando a canasta. Como había mucha gente apuntada para el equipo de fútbol, a mí me metieron en el de baloncesto y así empecé a jugar.”

Finalizados sus estudios en Bilbao, se traslada a Zaragoza donde ficha por el club de baloncesto Iberia de Zaragoza y debuta, junto a Emiliano Rodríguez, en la selección española el 13 abril de 1958 en un España-Suiza jugado en Huesca. Durante esos años obtiene la Licenciatura en Ciencias Químicas en la Universidad de Zaragoza.

«Éramos gente sana y con afición. Jugábamos contra el Madrid, el Joventut, el Estudiantes y sin cobrar nada. Cuando ganabas a alguno de ellos, en cancha descubierta y con aquel viento de febrero, no tenía precio».

¿Un baloncestista jesuita o un jesuita baloncestista?

Juanjo vive su vocación como jesuita como una llamada de Dios a “dedicarse a las personas y a hacer el bien”.

“Cuando terminé química y después de hacer la mili me cuestioné la entrada en una fábrica pero eso me generaba cierta incertidumbre. Y recuerdo que andando por Bilbao, en Alameda de Urkijo, me vino a la mente una especie de luz que me empujaba a dedicarme a las personas y a hacer el bien. Me tiraban las personas y la formación de la gente. En ese momento me planteé: “¿No será que tienes vocación de jesuita?”. Y supongo que me salió lo de ser jesuita porque había estudiado en el colegio que tenían en Indautxu y más tarde estuve en la residencia que tenían en Zaragoza.”

El 14 de septiembre de 1961 entra al noviciado de los Jesuitas en Veruela, completando estudios en Salamanca. En Loyola estudiará la filosofía y en Deusto sus estudios de teología.

Como Juanjo agradecería toda la vida, la Compañía de Jesús apoyó siempre su capacidad de educador y de evangelizador a través del deporte de la canasta, ya desde sus años en la temprana etapa de formación en Loyola.

“El Padre Zavala gestionó que yo fuera los fines de semana a Durango, a ayudar en materia deportiva. Durante ese curso entrené sábados y domingos a un grupo en el que estaban Jon Mikel Rodríguez, Alberto Anasagasti…”.

Juanjo vive en su vocación más profunda de jesuita, la llamada a ser un buen educador de la juventud.

“…me sale de dentro es ser educador. Más incluso que ser profesor. En cualquier momento, sin quererlo, procuro ayudar a que salga lo más positivo de las personas y a fomentarlo.”

Toda una vida en el Club Tabirako

En la temporada 64-65 Juanjo es destinado a Durango. En aquellos momentos rechaza la oferta de jugar en el Tabirako, porque pensó que era más importante la labor que podía hacer como entrenador, creando una cantera desde tempranas edades.

El baloncesto a partir de entonces, se concebiría de otra forma: tres entrenamientos semanales con objetivos definidos, fuerte sentido de equipo y de amor al Club, mayor estima y cultivo dela defensa y los muchachos que por él pasarían, saldrían con una depurada técnica individual. Muchos de ellos serían después excelentes entrenadores y transmisores del espíritu del Club.

En aquellos años Juanjo se forma como entrenador, obteniendo el título de Entrenador Regional en Zaragoza, en mayo de 1961; el título de Entrenador Nacional en Madrid, en julio de 1970 y convalidado en 1983. Fue además colaborador durante algunos años de la Escuela Nacional de Preparadores, dando Cursos de Titulación de Monitores, Entrenadores Provinciales y Regionales.

Juanjo completó una trayectoria de más de 30 años de entrenador, llegando a ser ayudante de la selección europea junior de baloncesto con jugadores a su cargo como el mítico Corbalán.

La conversión a un baloncesto nuevo

En el año 1972, Juanjo acude a un clinic en Madrid en el que dio una formación Bobby Night, entrenador de la Universidad de Indiana durante décadas. Night explicó unos planteamientos defensivos absolutamente novedosos para lo que era el baloncesto español. Además de explicar los conceptos teóricos, compartía los ejercicios defensivos de 1×1, 2×2, 3×3, 5×5…

“Después del clinic descubrí un baloncesto nuevo. Y lo que yo no había hecho como jugador, lo empecé a transmitir como entrenador. Fue el catecismo aquí. Entonces habría 5 equipos en el Tabirako y la conexión con los entrenadores era muy fácil. Fue un gran tesoro que conseguimos, todos hacíamos los mismos ejercicios y de la misma forma. Entonces se creó un estilo de club, y probablemente fuimos el club que mejor lo asimiló. Al año siguiente fuimos campeones de España infantiles. Luego en el 74 en Ávila fuimos terceros de España federados Juveniles, ganando al Barça de Solozábal, y perdiendo en la semifinal contra el Madrid que por altura nos comió… Aquella época fue una conversión a un baloncesto nuevo.”

¿Cómo definirías el baloncesto en pocas palabras?

“El baloncesto tiene muchísimos valores estupendos. Primero, que es una conjunción enorme de cualidades físicas muy variadas, de muchísima coordinación, donde entra todo el cuerpo, y donde entra muchísimo el corazón y la cabeza. Requiere mucho talento, visión de juego, pero también requiere de mucho corazón. A falta de diez segundos tienes que tirar y meter el balón por el aro y con una oposición fuerte como es hoy en día. Hay jugadores que han aprendido mucho a auto controlarse, a mantener emociones, hace falta confiar en sí mismo, confianza….»

«Hay que tener un enorme sentido de equipo, tiene enorme valor el saber estar en el campo, en el banquillo, hay que tener claro que nadie puede ganar solo. El baloncesto tiene una riqueza táctica incalculable.»

«Si uno entra en este deporte y entra en toda esa variedad de desarrollos individuales y colectivos, el enriquecimiento humano es tremendo.»

«Si yo llevo el baloncesto a mi vida ordinaria, a la comunidad de jesuitas, a la familia, a un equipo o supongo, que a una empresa, si tu aportas toda esa riqueza que te ha dado el baloncesto… ya has conseguido mucho.»

«Además, el baloncesto es muy estético, es muy bonito ver un tiro en suspensión, acciones defensivas fuertes, un contraataque… estéticamente es una belleza plástica. Quien inventó el baloncesto no podía prever que iba a ser así. En los comienzos se jugaba al baloncesto suave, elegantemente. Un pase era muy estético había que estirar bien los brazos, dirigirlo bien…. Claro tu juegas hoy así y te han quitado todas y te han metido 20 canastas…. El que lo inventó no podía imaginarse lo que es hoy en día este deporte.”

“Alguien que hace mejores a las personas que están a su alrededor”

Juanjo recibió varias menciones y premios a lo largo de su dilatada vida y la palabra que brotaba de su boca era solo una: Gracias.

“Solo tengo palabras de agradecimiento… Agradezco haber nacido en el 38 y vivir la postguerra, la época del racionamiento y la necesidad, la vida en una familia modesta y en un barrio en el que todas las familias nos ayudábamos. Sin querer, aprendí el valor de ayudarse mutuamente.”

«Mi aita se fue a Cuba con 16 años y luchó para darme una educación impagable»

Junto a “gracias”, la palabra “equipo” eclipsaba cualquier conversación con Juanjo. Buen conocedor de sus capacidades y también de sus limitaciones, supo recoger siempre esos galardones con palabras de agradecimiento en sus labios, incluso con el Lehendakari Urkullu.  

Distinciones

  • Trofeo Barón de Güell en la Gala del Deporte Vizcaino (1973).
  • Insignia de Oro en una ocasión anterior, e Insignia de Oro y Brillantes del Club Tabirako (1986).
  • Medalla de Oro de la Federación Vizcaina.
  • Medalla de Oro de la Federación Española de Baloncesto (1986).
  • Premio Euskadi del Deporte del Gobierno Vasco «A la labor de promoción social y formación» (1995).
  • Medalla de Oro del Ayuntamiento de Durango (1995).
  • Medalla de Plata de la Federación Vasca de Baloncesto (2006).
  • Premio Teila Saria del Merinalde Eguna (2014).

Una vida de entrega a los demás, también a los jóvenes inmigrantes

Juanjo entregó su vida como educador en distintos colegios de los jesuitas, especialmente en Durango. Allí, se jubiló como profesor en el colegio, aunque como Juanjo comentaba, “los jesuitas no nos jubilamos nunca”.

En aquellos años “como era miembro del equipo directivo del colegio también acudía al Foro Social de Durango, que se creó en un momento en el que estaban llegando a la localidad muchos inmigrantes y, en consecuencia, los hijos de esos inmigrantes también llegaban al colegio. Haciendo esa labor fue donde me percaté de las necesidades de los inmigrantes y dimos el siguiente paso: acoger a gente en la comunidad.”

Junto a los otros nueve jesuitas que vivían en la comunidad jesuita de Durango, comenzaron a acoger jóvenes migrantes en su casa, creando una comunidad de hospitalidad. En poco tiempo fundaron la Asociación Jesuiten Etxea para dar apoyo a los inmigrantes. “Es una experiencia enormemente enriquecedora para nosotros”.

“Conozco a los inmigrantes que han ido pasando desde que en agosto de 2007 llegó el primero, un senegalés llamado Alassane… A mí, el hecho de convivir con ellos en un mismo espacio me ha permitido tener una relación que queda para siempre, por mucho que luego ellos se trasladen a vivir a un piso.”

A sus 72 años de edad los jesuitas le destinan a Tudela, en la vecina navarra. Allí se involucra de lleno en la vida social de la ciudad, y en una de las instituciones con más raigambre social, El Centro Padre Lasa del Servicio Jesuita a Migrantes y perteneciente a la Fundación S. Francisco Javier. En aquellos años tuve la suerte de conocer en el marco del sector social de los jesuitas a Juanjo y desde el inicio sentí como un “amor a primera vista” por su capacidad de entrega a los demás, de buscar lo mejor de cada uno, en especial de aquellas personas que peor lo estaban pasando.

Cultura de hospitalidad, acogida e inclusión en Tudela

Daba igual que fuera con los jóvenes o familias migrantes del Centro Lasa o de nuestro colegio o parroquia, o del comedor social que en aquellos años vio la luz en Tudela, su corazón y su vocación de jesuita trascendía cualquier institución o frontera.  

Recuerdo una anécdota en una reunión que tuvimos Juanjo, Miguel González y un servidor. Ambos habíamos jugado a baloncesto desde pequeños y somos unos apasionados del deporte de la canasta. Juanjo lo sabía. Toda la reunión que mantuvimos aquel día pareció un entrenamiento de baloncesto, utilizando todas las técnicas del juego como metáforas para explicar y mirar al futuro del Centro Lasa. Palabras como finta, bloqueo y continuación, puerta atrás, defensa hombre a hombre, correr el contraataque, tiempo muerto, tiro sobre la bocina o jugada de equipo, recorrieron aquella conversación. Y no fue la única.

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Recuerdo con cariño los paseos por Tudela, cuando me acompañaba a la estación de tren, en mi regreso a Madrid o los viajes posteriores a San Sebastián o Bilbao. Con Kontxi o Luis, buenos amigos y muy aficionados al baloncesto, también hemos compartido la suerte de conocer a Juanjo y lo mucho que su vida ha ayudado a que el deporte de la canasta sea una magnifica herramienta en la educación de los más jóvenes.   

En el año 2016, Juanjo emprende de nuevo viaje a San Sebastián, donde colabora en nuestra iglesia y principalmente en Loiolaetxea, junto a personas que salen de prisión, en sus procesos de reinserción social. Loiolaetxea es un espacio de encuentro y acompañamiento entre muchas personas y grupos… voluntariados, grupos y comunidades que participan y recrean día a día la propuesta. Juanjo dedicaba mucho tiempo a estar, a escuchar, a acompañar.

En este último año, se traslada a Loyola, de nuevo a la cuna que vio sus primeros pasos como jesuita, acercándose de alguna manera a la casa del Padre. Juanjo fallece sobre las 01:00 h. del día 23 de marzo de 2021, con 82 años de edad, 49 de sacerdocio y 59 de Compañía.  

Se multiplican las muestras de afecto desde distintos ámbitos, especialmente desde su Club el Tabirako, y desde el mundo de la canasta. Su amigo, Aíto García Reneses se despedía de Juanjo con agradecimiento. También, nuestros compañeros y compañeras del Centro Lasa:

“Juanjo nos acompañó, guio e iluminó durante cinco años de nuestro recorrido, pero nos marcó para siempre. Su cercanía, sus palabras de aliento y ese mimo especial a las personas voluntarias… Era imposible que dejase a alguien indiferente. Una persona grande, entregada y trabajadora. Referente en el baloncesto y en su trabajo por las causas justas. Que tu huella guíe nuestro camino y tu luz brille en nuestros corazones amigo. Hasta siempre. Descansa en Paz.”

Las compañeras y compañeros de Loiolaetxea acompañaron también a Juanjo, a su familia y a la comunidad jesuita, en el último adiós, junto al cementerio de Loyola.

Muchas gracias, Juanjo. Sigue acompañando nuestro caminar como hasta ahora junto al Buen Dios y ojalá que algún día como de ti, puedan decir de cada una y cada uno de nosotros que somos “alguien que hace mejores a las personas que están a su alrededor”.

Conoce un poco más sobre Juanjo Moreno

http://www.tabirako.eus/entrevista-a-juanjo-moreno-entrenador-honorifico-del-tabirako/

https://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20100731/duranguesado/pelicula-vida-tendria-rodar-20100731.html

http://mugalari.info/2014/12/17/juanjo-moreno-el-premio-que-brinda-gerediaga-elkartea-impresiona-mas-que-ningun-otro/

http://www.durangon.com/a-procuro-ayudar-a-que-salga-lo-ma-s-positivo-de-las-personasa/

https://www.deia.eus/bizkaia/2011/12/05/humanidad-salida-compartir/181760.html

https://www.elcorreo.com/bizkaia/duranguesado/fallece-jesuita-juanjo-20210323101638-nt.html

2 respuestas a “Juanjo Moreno: “alguien que hace mejores a las personas que están a su alrededor”.

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  1. Hoy he recibido esta triste y demoledora noticia. Luego he leído tu maravilloso artículo y me he emocionado mientras lo hacía. He terminado con una sonrisa recordando mis propias anécdotas con Juanjo. Descanse en paz.

  2. Muchísimas gracias Alberto por tu artículo.
    Estos días nos han llegado infinidad de artículos y muestras de cariño hacia nuestro tio Juanjo. En todas ellas recogeis los valores que le hacían gran persona en cualquiera de sus facetas.
    Estamos orgullosos de ser sus sobrinos y encantados de tenerlo de tio.
    Muchísimas gracias
    María

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